Parece que fue ayer cuando comenzamos nuestra andadura en la literatura
infantil y… ya estamos al final.
Al final solo del
trimestre, nuestro aprendizaje no ha hecho más que empezar.
No voy a decir que ha sido
un camino fácil, pero ha sido una etapa marcada por el esfuerzo, por el afán de
mejora y por el aprendizaje significativo.
Aprendizaje significativo,
ese concepto tan poco utilizado en la actualidad ha sido el pilar fundamental
de mi carrera y sobre todo de esta asignatura.
El aprendizaje significativo
según la definición de Ausbel es adquirir conocimientos relacionándolos con los
que ya dispone el estudiante para completar el conocimiento. http://cmapspublic2.ihmc.us/rid=1J3D72LMF-1TF42P4-PWD/aprendizaje%20significativo.pdf
Esto aplicado en una
práctica tal y como lo hemos hecho en esta asignatura es un éxito asegurado.
Cuando hablo de éxito para
nada me refiero a resultados académicos, sino personales de cada alumno.
Desde que comencé a leer,
mi padre que es un gran lector, me “inculcó” la pasión por la lectura.
Mi padre siempre me dejaba
elegir a mí las obras que posteriormente leería, era una gran forma de
motivarme. Si lo elegía yo, nada podía fallar.
Si miro hacia atrás hasta
donde mi recuerdo me permite, como todos los niños imagino, seleccionaba libros
por su portada, por sus dibujos y porque no tuviera un gran grosor (no os voy a
engañar).
Acudíamos a las ferias del
libro celebradas en el Retiro de Madrid y adquirimos la tradición de San Jordi,
cada 23 de abril un libro y una rosa me esperaba en el salón, ¡Qué ilusión me
hacía!
A medida que iba creciendo
mi lectura se iba adecuando, desde el desconocimiento de mi padre en este
aspecto, siempre eligiendo lo que él consideraba más adecuado.
En la etapa de decir “no” sistemáticamente por la que
creo que hemos pasado todos, mi regalo fue una vez más, un libro.
Esta vez se trataba de “La
niña que siempre decía no”, un libro de 1992 escrito por Andreu Martin.
Es de poco grosor por lo
que es muy manejable por los niños, tiene 80 páginas con tapas blandas y su
editorial es Anaya. Con ilustraciones de Francesc Rovira a todo color narra las
aventuras de una niña un poco malhumorada que dice que no a todo, pero con la
ayuda del mago SI, la situación cambiará y ayudará a poner a la niña los pies
sobre la tierra. http://www.andreumartin.com/es/producto:Cos/1/infantil/-b-la-nina-que-siempre-decia-no--b--br--la-nena-que-sempre-deia-no--cat--br--la-bambina-que-diceva-sempre-no--it-/66
Fue un libro que me gustó y
me marcó, a día de hoy lo recuerdo con especial cariño.
Ahora que sé un poco más
acerca de la literatura infantil, podría indicar para que edad estaba orientado
y si era acorde que lo leyese pero no recuerdo bien con que edad lo leí ni lo
tengo físicamente disponible, aunque lo conseguiré y trabajaré sobre ello.
Así entre juegos y libros
viví mi infancia, feliz, disfrutando de cada aventura a través de los libros
pero poco a poco me fui desmotivando un poco.
En el colegio, no se si por
los maestros, por el plan educativo o por la falta de información comencé a
alejarme de la lectura.
Libros tediosos que no me
gustaban, que en muchos casos no entendía y sobre todo que me obligaban a
dedicarles un espacio corto de tiempo para posteriormente hacer un trabajo
aburrido sobre ellos me fue alejando de la literatura.
Ya los momentos de lectura
en mi casa no era algo familiar, divertido y mucho menos agradable(para mí
claro).
El colegio marcaba unas
pautas de lectura “obligatorias” que debíamos cumplir para aprobar o sacar
buenas notas.
En clase la cosa no
mejoraba. Cada día leíamos en alto, para el resto de compañeros, algo que para
mí no tenía mucha dificultad pero para algunos de mis amigos sí. Se trababan,
saltaban de renglón…etc.
A pocos les gustaba la actividad
de lectura y menos hablar de las “malditas” fichas a rellenar después, en las
que o expresabas correctamente la idea del texto o lo llevabas crudo.
He querido contar todo esto
por un motivo.
Muchos de los maestros que
nos dieron clase o que actualmente desarrollan su carrera profesional en un
aula a veces, se olvidan de que un día fueron niños.
No recuerdan las cosas que
les motivaban y las que no, simplemente se dejan llevar por lo conocido, por lo
fácil o por lo estipulado.
¿Y qué consecuencias trae
eso? Desgraciadamente alejar a los niños de la cultura, del saber y del ser, lo
que interfiere muy negativamente en su motivación, curiosidad e interés.
Hay unas cosas que me
gustaría pedir a todos los maestros:
Trasmitir ilusión, porque
la ilusión es contagiosa.
Enseñar, pero nunca dejéis
de aprender.
Valorar, no para evaluar
sino para orientar de un modo u otro.
Observar, porque los niños
no son todos iguales.
Y sobre todo no olvidéis
que un día fuisteis niños.
Una vez que he hecho esta introducción
que consideraba necesaria y que además necesitaba expresar me centraré en la
asignatura como maestra.
Comencé el trimestre con
muchas ganas de conocer esta asignatura y termino con mucha más motivación por
seguir aprendiendo, por mejorar los parámetros establecidos en la educación y
por trasmitir aventuras a mis alumnos a través de los libros.
Me gustó la idea que nos
propuso Irune de crear un blog y compartirlo con los compañeros.
Me avergonzaba un poco el
hecho de compartir mis reflexiones en público, ¿y si metía la pata con algún
trabajo?
Pero Irune me creo
confianza en mí misma y sobre todo me enseñó que hay que equivocarse para
aprender y para que ese aprendizaje sea para toda la vida.
He de reconocer que la
parte que menos me ha gustado es el comentar los blogs de otros compañeros ya
que me parece algo “comprometido” pero es cierto que, con un trabajo
cooperativo se aprende mejor.
http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_14/MARIA%20DEL%20MAR_VERA_1.pdf
Así que así comencé mi
blog, “enseñar para nunca dejar de aprender”.
El motivo de la elección
del nombre es porque no creo en la enseñanza sin aprendizaje.
Un maestro, al igual que un
médico, por citar dos profesiones que me parecen fundamentales, no pueden
“estancar” sus conocimientos como si ya lo superan todo.
Para un maestro, cada día
en el aula es un aprendizaje nuevo, cada alumno es diferente, por lo que es
necesario y fundamental establecer técnicas distintas que lleguen a cada uno de
ellos de una manera positiva y para ello no puedes dejar de creer, de
ilusionarte y de aprender.
El color de mi página es
verde, verde esperanza.
Simboliza la ilusión por
una educación mejor, por y para todos. Nadie puede estar al margen de la
educación, entre todos construiremos un mundo mejor.
La asignatura ha estado dividida
en cinco bloques, los cuales desgranaré de forma individual.
Bloque 1. Literatura infantil.
Análisis y selección.
Esta fue la primera
actividad con la que comencé mi blog.
En primer lugar tenía que
basarme en un libro de literatura infantil, para ello tendría que trabajar un
libro literario infantil distinguiéndolo de uno paraliterario.
Estos dos conceptos me han
creado bastante confusión y, aunque a día de hoy creo tener los conceptos
claves, puedo encontrar dificultad para separar estos dos géneros.
Según Irune: “la
paraliteratura tal y como indica el prefijo “para-“ se sitúa “al lado de” la
literatura. Esto no implica que sea de peor calidad, existen obras
paraliterarias de enorme valor pero sus usos didácticos deben ser diferentes”.
A parte hay que tener en cuenta que para que un texto se considere literario ha de ser artístico, debe predominar la función poética, ha de ser un texto ficticio aun cuando esté inspirado en hechos reales y el texto debe pertenecer a uno de los tres géneros literarios (narrativa, poesía y texto teatral)
A parte hay que tener en cuenta que para que un texto se considere literario ha de ser artístico, debe predominar la función poética, ha de ser un texto ficticio aun cuando esté inspirado en hechos reales y el texto debe pertenecer a uno de los tres géneros literarios (narrativa, poesía y texto teatral)
Ahora entiendo, claro,
muchos de los libros que leí en mi infancia no eran literarios, ya que no tenían
como objetivo mostrar la belleza del lenguaje o simplemente disfrutar leyendo,
sino que tenían una enseñanza.
La paraliteratura intenta
trasmitir o inculcar valores que inducen al niño a comportarse como los adultos
creemos que es adecuado, pero muchas veces esta creencia no es correcta.
¿Y si seleccionamos libros
en los que el niño pueda sentirse identificado con los personajes o reconocer a
otros? Seguramente les motive más, porque para enseñarles conductas tenemos
otros medios.
Aún así, con esto no quiero
desprestigiar el género paraliterario, sino conocerlo para saber cómo, cuando y
por qué utilizarlo.
Los adultos como maestros
debemos animar a los niños a vivir aventuras a través de los libros y eso se
adquiere cuando una lectura realmente te gusta y “te atrapa”.
Una vez hechas marcadas
estas diferencias me lancé a “ La Mar de Letras” a comenzar mi nueva y selecta
colección literaria infantil.
En La Mar de Letras, me
sentí como una niña y entendí el por qué de esta recomendación de Irune. En
esto no me quiero centrar demasiado ya que le dedico un artículo en mi blog
(que profesional suena).
Me decanté por Sapo y Sepo
para realizar mi primera tarea. Sin duda los niños de seis años podrían
sentirse identificados con el personaje y ver reflejado a alguno de sus
compañeros en el otro sapito que, aunque en esta edad no tienen el concepto de
amistad pueden sentirla como tal.
Una vez que me había leído el libro dispuesta
a comenzar mi análisis armé una “ensalada” de conceptos claves, de ideas y
puntos a tener en cuenta.
He de decir que el análisis
de libros en una gran herramienta para los docentes, la cual nos permite
seleccionar libros adecuados para los alumnos según su edad, gusto, etc.
Saber encontrar libros
adecuados para los niños es indispensable para los padres y sobre todo
docentes, siendo conscientes de si queremos mostrar alguna enseñanza o
simplemente invitar a la reflexión propia y a la diversión.
A la hora de seleccionar un
libro además del género, de la temática y de la edad de los destinatarios
debemos fijarnos en otros factores importantes.
Respecto al formato podemos
señalar algunas pautas para tener en cuenta. La manejabilidad, se refiere a la
facilidad con las que los niños pueden leer, facilitándoles libros de poco peso
y cómodos de utilizar mejoraremos la predisposición a la competencia lectora.
La portada es algo que
llama la atención a primera vista, es en lo primero que nos fijamos, por ello
resulta vital elegir cuentos que no tenga imágenes estereotipadas y que el tipo
de dibujo y color sea llamativo para la edad a la que nos queremos dirigir.
La tipografía es un factor
que debemos observar. Una tipografía escolar es adecuada para niños que
comienzan a leer, pero es innecesaria para niños de una edad avanzada, al igual
que el tamaño de la letra.
El contenido es una de las
claves del libro, teniendo en cuenta el género que queremos seleccionar, nos
centraremos también en la historia relatada. Cómo son sus personajes, si encontramos
personajes principales y secundarios, y sobre todo si éstos ayudan a empatizar
al lector con el relato.
En muchos casos son
víctimas de numerosas críticas libros en los que los personajes pueden
considerarse machistas, princesas que no se realizan como personas…
Muchos cuentos son
productos de marketing que intentan “inculcar” una vida perfecta con el
príncipe azul, como pueden ser los casos Disney pero tenemos que ser
conscientes de la época en la que se desarrolló el cuento ya que, el estilo de
vida no era el mismo en los años 60 que en nuestros días. Una vez que somos
conocedores de esto, nosotros voluntariamente decidiremos si utilizarlos o no,
siempre teniendo en cuenta los factores temporales que puedan influir en él.
No puedo olvidar mencionar
el estilo de la obra. El estilo humorístico de “El monstruo peludo”(por citar
un ejemplo) llama la atención de los más pequeños, niños de 6 años disfrutarán
con la obra y reirán a carcajadas mientras que para niños más mayores puede
resultar un humor escaso.
Lo mismo puede pasar con
libros de miedo, intriga, tiernos…
Por lo que es otro factor a
tener en cuenta.
Pueden parecer muchos
parámetros con los que contar pero a través de la práctica todos estos detalles
facilita la elección y se hace de una manera agradable y positiva.
La sensación de ver
disfrutar a los alumnos a través de los libros, no tiene precio.
Tras el trabajo de este
bloque he podido comprobar en la mini biblioteca que tienen en el colegio en el
que he desarrollado mis prácticas que, un mínimo porcentaje de libros cumple
con unas características adecuadas para la edad de los niños que se están
utilizando.
Quiero reiterar que la
capacidad que tengamos de elegir la lectura que propondremos a nuestros alumnos
puede ser fundamental a la hora de animar a la lectura o de apartarla de
nuestros alumnos.
Como aportación personal a
mi experiencia esta actividad me ha ayudado a conocer libros que aún no conocía
y a ver la necesidad de una lectura correctamente seleccionada para disfrutar a
través de los libros.
Bloque 2. Textos
folclóricos. Selección y adaptación
Muchos cuentos folclóricos,
denominados infantiles erróneamente, no están indicados para los niños, tal y
como muchos creíamos.
En la asignatura trabajamos
un cuento de los Hermanos Grimm, referentes de la literatura infantil.
“Toda clase de pieles” fue
la obra seleccionada. Esta obra es un cuento, y ya solo por eso la consideramos
infantil, pero en este caso resalta de manera sobresaliente que el texto no es
adaptado para niños de Primaria.
El cuento habla de incesto,
algo que cuando Irune nos lo contó, me pareció una locura.
Sin duda es una obra
extraordinaria, o por lo menos a mí me lo parece.
¿Y si mantenemos la
estructura principal y cambiamos lo que no consideramos adecuado?
¡Qué fácil parecía…!
En primer lugar sabíamos
que a tratarse de un cuento folclórico no importaba demasiado el lenguaje, ya
que estos se trasmiten de forma oral siempre y cuando respetemos la esencia
principal, la magia y la emoción.
Comenzamos seleccionando
las ideas principales, el esqueleto de la obra y desechando lo que no
consideraba adecuado para la edad de los receptores.
Una vez que tenía las ideas
claves, solo quedaba unirlas, ¡que ilusa!, no era tan sencillo.
No reparé en detalles
fundamentales como era la personalidad de la protagonista.
De ser una princesa astuta
e independiente pasó a ser dependiente de un perro que siempre la acompañaba.
Rompí la estructura del
cuento al quitarle a la protagonista uno de los rasgos fundamentales de su
personalidad, la astucia.
Sin darme cuenta pasé de
contemplar a una princesa que utilizaba estratagemas para que su padre entrase
en razón a huir del palacio sin pensar una solución.
Estos detalles en los que a
veces no reparamos, marcan la historia y sobre todo la personalidad de los
personajes, lo que puede variar el desarrollo del relato de una manera notable.
“Toda clase de pieles” una
vez más pasó de ser autónoma a tener una confidente debido a mi adaptación.
Quizá intenté hacer una
adaptación a un cuento como los que estamos acostumbrados, borrando la soledad
del personaje, lo que le hace perder su esencia.
Irune tras darme las pautas
exactas en las que había errado me hizo ser consciente de los estereotipos que
fijamos creyendo que son los adecuados.
Pensé, “ ¡como va a ser
mejor dejar a la niña sola en el bosque, tapándose la cara como “un animalillo
asustado”!
Claro que era mejor, no se
trataba de una niña dependiente, nuestra protagonista era todo lo contrario. El
estereotipo que no nos gusta yo lo estaba volviendo a utilizar.
Esta actividad me mostró un
aprendizaje muy especial y sobre todo muy personal.
He aprendido a valorar los
detalles, a captar la esencia de los relatos centrando mi atención.
“Toda clase de pieles” nos
ha enseñado a no descartar libros porque tenga algo que no consideramos
adecuado.
Podemos trasmitir el cuento
utilizando nuestra propia adaptación y adecuándolo a los receptores.
Observé que indirectamente
trasladamos nuestros miedos o inseguridades sin ser conscientes. No me gusta la
soledad, incluyo a un perrito. Muere la madre, le doy importancia a la figura
del padre…
Hay que dejar al margen
todas nuestras experiencias, una vez más pretendemos inculcar a los niños lo
que consideramos o no adecuado, error general de los adultos.
Como maestra se que de mí
dependerá como captan la historia los niños, desde la forma en la que la relato
hasta los detalles que intervienen. No nos podemos dejar guiar por lo sencillo,
por lo conocido, debemos ir mucho más allá y trasmitir a través de los libros
para que estos no se olviden y puedan ser trasmitidos a lo largo del tiempo.
Bloque 3. Semana cultural.
Tengo que reconocer que
esta actividad es la que menos me ha gustado hacer.
Consideraba que era menos
creativa y más encerrada en horarios y pautas algo que es vital en el trabajo
como maestra pero que no desarrollo del todo bien.
El hecho de hacer esta tarea
en grupo dificultó el desarrollo. No por la persona con la que lo hice, con la
cual fue un placer trabajar una vez más, sino por la dificultad al compaginar
horarios laborales que cuadrasen.
Todos estos factores que al
principio podían resultarme negativos me hicieron trabajar más intensamente
para alcanzar los objetivos deseados.
En primer lugar me centré
en que tipo de actividades quería realizar con mis alumnos, el fin de esta
semana es que conociesen un personaje de la literatura española y su obra de
una manera diferente, lúdica y divertida.
A la hora de cuadrar los
horarios, tras muchos cambios conseguimos cuadrar lo que considerabamos más
idóneo para el desarrollo de la semana cultural.
Dimos mucho valor al
trabajo grupal ya que creemos que no se trabaja demasiado en las aulas porque
muchos maestros creen que es “lioso”. Nosotros creemos todo lo contrario, el
trabajo en grupo favorece muchas competencias de los alumnos a la vez que
trabajan de un modo menos monótono.
Las actividades se ciñen a
buscar información de un autor o de una obra, hacer un resumen, aprenderse de
memoria la información dada y “vomitarla” (perdón por la expresión)
posteriormente en un examen.
¿Cuántos recordamos la
información que nos hemos aprendido de memoria?
Pocos de nosotros,
seguramente.
El maestro debe implicarse
en la enseñanza de sus alumnos, hacer de esto un aprendizaje significativo
mediante el que disfruten y les motive a conocer cada día más.
No podemos permitir que los
niños piensen que ir al cole o aprender es un castigo y mucho menos que todo su
esfuerzo se basa solo en pasar una prueba.
Por ello debemos hacer
partícipes a los alumnos de su propio aprendizaje.
Realizarles preguntas por
las que ellos puedan reflexionar sobre los temas tratados y a la vez trabajen
contenidos literarios para aumentar sus conocimientos.
Al seleccionar segundo de
Primaria tuve que contar con algo
esencialmente importante.
Las actividades no podían
desarrollarse durante largos periodos de tiempo ya que los niños se cansarían y
se aburrirían. Lo ideal es cambiar la actividad cada cierto tiempo determinado
como puede ser 30 minutos.
Otro factor a tener en
cuenta es la obra original.
Era necesario que los
alumnos observaran la obra original de El Quijote, pero era de esperar que no
les sugiriese nada al tener una tipografía pequeña, mucho texto, poco dibujo y
con un grosor bastante considerable.
Por lo que opté por
enseñarles primero una adaptación más orientada a la edad de los receptores
para que, tras observar la portada con color en sus ilustraciones, entendiesen de
lo que trataba esta gran obra y sin leerlo pudiesen hacer sus conjeturas sobre
el desarrollo del relato y sobre los personajes.
Muchas veces los adultos
pecamos en creer que los niños son capaces de reconocer y entender lo que
nosotros vemos, esto no es así, debemos orientarlo según sea su desarrollo
evolutivo y sobre todo ser conscientes de que no todos los niños son iguales,
por lo que debemos tener siempre un plan adecuado para niños que puedan tener
necesidades educativas especiales.
No podemos permitir llegar
a unos alumnos y a otros no, tenemos que llegar a todos los niños del aula de
una forma personal y enriquecedora, por lo que debemos crear actividades
orientadas para todos y cada uno de los alumnos de nuestra clase.
Me ha parecido muy positivo
trabajar conjuntamente con maestros de otros grupos del cole. Es algo que nos
vamos a encontrar en la escuela que trabajemos y que beneficia a toda la
comunidad educativa.
Una buena planificación del
centro y de los profesores que en él intervienen facilita el desarrollo de las
actividades y favorece la consecución de los objetivos de los alumnos.
Las actividades fuera del
aula como excursiones, actividades en el patio, etc. son una fuente de
motivación para los niños.
Salir de su rutina diaria
aumenta la capacidad de observación y por lo tanto de asimilación en la mayoría
de casos.
En el caso de realizar una
excursión con ellos, esta tiene que estar muy bien estructurada, siendo
conscientes de los imprevistos que pudieran surgir y anteponiéndonos a ellos
con una hoja de ruta preparada.
Nosotros somos los
responsables de las actividades que tengamos programadas en la salida, aunque
intervengan factores externos como la programación del museo (en este caso).
La literatura al igual que
el resto de asignaturas impartidas en el colegio puede convertirse en una
fuente inagotable de inquietud, diversión y por ello satisfacción siempre y
cuando nosotros tengamos en cuenta todos los factores necesarios para su
correcto desarrollo.
Bloque 4. Lectura literaria
y animación lectora.
Todos los bloques de esta
asignatura son necesarios e imprescindibles para trabajar la literatura en el
aula, pero considero que este bloque cuatro junto con el bloque número uno
deben ser la base fundamental del trabajo de la asignatura.
Al igual que anteriormente
he hablado de la importancia que tiene seleccionar un libro adecuado a nuestros
alumnos, es de vital importancia como trabajemos con él.
De esta parte depende
muchísimo el crear un hábito lector y un disfrute personal a través de él.
Como ya mencioné en la
entrada de mi blog que se refería a este bloque en las aulas, se trabaja
erróneamente la lectura, desde el primer paso que es seleccionar libros adecuados
para nuestros alumnos.
Si a esto le sumamos que
las actividades (las cuales suelen ser únicamente posteriores a la lectura) son
tediosas, aburridas y solo tienen como objetivo hacer recordar a los alumnos
hechos o detalles concretos del relato, el fracaso de la animación a la lectura
es absoluto.
Como ya expliqué desde mi
experiencia personal, en los colegios se trabajaba la lectura obligatoria, sin
ser previamente seleccionada bajo unos parámetros correctos y con una actividad
de resumen tras la finalización del libro.
Esta consecución de
realidades no hace más que alejar al niño de una lectura reflexiva, motivadora
y comprensiva.
Cuando me refiero a una
lectura comprensiva no quiere decir en voz alta, ni memorizando los detalles de
los personajes, sino que me refiero a una lectura silenciosa.
Cuando los niños leen en
alto están más pendientes de hacerlo adecuadamente, de no equivocarse, a todo
esto a veces se les pide que aumenten su tono de voz, sin contar con las
correcciones de pronunciación que los maestros realizan lo que puede avergonzar
e incluso frustrar al lector.
Por otro lado no podemos
pedir a los alumnos que trabajen un libro en un periodo corto de tiempo sin
saber si han asimilado el principio.
Las lecturas deben estar
estructuras y divididas en partes para poder realizar actividades previas que
anime a la lectura del libro, actividades durante la lectura para compartir
aspectos de la comprensión del libro(nunca detalles concretos) y actividades
después de la lectura para darle diferentes interpretaciones a lo leído y sacar
las propias valoraciones de los alumnos.
Solamente trabajando
adecuadamente la lectura animaremos a los más pequeños a vivir la magia a
través de las páginas de un libro.
A veces no somos
conscientes de los beneficios que la lectura nos aporta. No es un hecho
didáctico exclusivamente para mejorar la ortografía, la capacidad lectora, etc.
No se puede negar que
favorece la adquisición de la lengua escrita pero, podemos ir mucho más lejos.
La lectura tanto a los
niños como a los adultos interfiere en nuestros estados anímicos. ¿Cuántos de
nosotros no nos hemos abstraído de una situación negativa a través de un libro?
A través de los libros nos
identificamos con personajes, con situaciones, lo que favorece conocer nuestro
propio “yo” tanto a adultos como a niños.
Por ello, los adultos,
tanto maestros como familiares debemos animar a los niños a vivir una historia
a través de las páginas de un libro, de esta forma estaremos animándolos a
imaginar y a soñar.
Centrándome un poco más en
la temática del bloque he sido consciente de lo mal que se trabajó conmigo la
lectura en el colegio, pero me entristece mucho más que treinta años después,
no se haya mejorado en este aspecto, seguimos igual.
Irune con este bloque me ha
abierto los ojos, me ha enseñado que se puede cambiar, que es necesario y la
forma de hacerlo.
Si antes de leer los
apuntes del bloque me hubiesen hablado de actividades antes, durante y después
de la lectura, quizá no hubiera sabido a que se refería ni como podrían ser.
Una vez leído el bloque me
he dado cuenta de lo sencillo que es motivar a nuestros alumnos.
Cuando hablamos de
actividades antes de la lectura partimos del hecho que no hemos comenzado a leer.
Por ello debemos crear
expectación, ilusión y ganas de “devorar “ la historia que nos espera.
Observar la portada es un
acto que nos puede proporcionar mucha información o a través de la cual podemos
imaginar de qué tratará el libro.
Imaginarnos como será el
autor de la obra seleccionada puede resultar muy divertido para los niños, su
imaginación no tiene límites.
Pero ¿y si cambiamos el
título viendo la portada o con el título original diseñamos una portada nueva?
Tenemos miles de
posibilidades…
Podemos inventar nuevas
historias entre todos encadenando ideas, podemos imaginar personajes… ¡ sólo de
pensarlo estoy disfrutando!
Comenzamos a leer, ya vamos
conociendo más detalles de la historia, decidimos parar, los niños se
sorprenden “pero… si el libro no ha acabado aun”, no pero…¿Qué creéis que
pasará ahora?, fantástica idea, los niños empiezan a imaginar, a soñar
despiertos, la mayoría dirá lo que quieren que ocurra.
¿ y si expresamos lo que va
a pasar mediante dibujos? (esto puede encajar dependiendo de la edad de los
receptores, aunque creo que hasta 12 años de una manera u otra lo disfrutarán).
El ansia por saber si el
desarrollo o desenlace de la historia es tal y como ellos la han imaginado
creará una gran expectación.
Tras continuar nuestra
lectura silenciosa llegará el final del libro. Ya no quedarán incógnitas que
resolver por lo que comenzaremos a sacar conclusiones, a interpretar hechos y a
valorar la historia desde nuestro punto de vista.
En este momento los niños
sentirán sus propias emociones relacionadas con la lectura y comprobarán que a
veces no son las mismas que las de sus compañeros…
Como podemos ver con
actividades muy sencillas podemos fomentar la lectura, no llevan mucho tiempo
de preparación y se obtienen unos resultados excelentes.
Siempre podremos realizar
actividades más elaboradas de tal forma que mediante juegos puedan trabajar la lectura de forma animada.
Todo esto dependerá del
tiempo que dispongamos, lo esencial es saber que la animación de la lectura no
es cuestión de tiempo sino de actitud.
Es conveniente también no
recomendarles una sola opción de lectura para los libros que trabajarán en casa.
Si proporcionamos una lista
con libros adecuados y son ellos los que eligen el que más les llama la
atención, puede surgir una cadena de recomendaciones y de intercambio de libros
entre los propios alumnos que resulta muy positivo para la animación a la
lectura.
Bloque 5. Creación
literaria.
Qué decir de este bloque…
¿recordáis haber trabajado esto en el aula cuando erais estudiantes?
En mi caso no, pero tampoco
lo he hecho como maestra durante mis prácticas.
Durante el trascurso de
esta asignatura hemos comprobado como de una forma muy sencilla y utilizando
escaso tiempo material se pueden hacer actividades maravillosas para los más
pequeños.
Si no es necesario mucho
tiempo ni numerosos materiales ¿Qué es lo que falla en la enseñanza?
Este es un tema bastante
escabroso y quizá subjetivo, aunque la realidad es la que es…
En primer lugar podemos
quejarnos de que las instituciones no proporcionan el material necesario,
podemos decir que no tenemos tiempo que perder porque la programación de los
temarios es muy estricta, etc.
No hay excusa, hemos visto
actividades que no necesitan una gran preparación, ni un tiempo considerable
por lo que solo me queda pensar que es cuestión o de actitud o de formación.
Me niego a pensar que
existen profesores que no les importan los alumnos. Considero Magisterio una
carrera tan bonita que me cuesta pensar que se pueda hacer por comodidad
personal o que lo que ocurre es que los profesores se han desilusionado de su
trabajo.
¿Qué ocurre si un médico no
se preocupa de sus pacientes? Pueden que estos dejen de vivir, lo mismo ocurre
con la enseñanza.
Los maestros tenemos un
papel fundamental en la vida de los niños, algo que les marcará, que recordarán
con mayor o menor alegría pero sobre todo tenemos en nuestra mano mostrarles
como vivir, disfrutar y aprender de una manera autónoma, creativa y positiva.
Salió la palabra que parece
que da miedo, ¡la creatividad!
Una de las maneras
tradicionales en la que se suele trabajar la literatura en los colegios es a
través de redacciones.
Una redacción no es una
actividad creativa.
Cuando yo era niña, mi
expresión escrita era buena pero como bien relato en la entrada de mi blog
referente a este tema, pocas eran las veces que tenía las redacciones
completamente correctas.
Esta situación me
frustraba, no entendía que había hecho mal y mucho menos que tenía que hacer
para mejorarlo.
Y ya si hablamos de
originalidad…
“Hacer una redacción de lo
que habéis hecho en vacaciones”
Uy que bien me lo pasaba
contando las aventuras que había vivido y como me lo había pasado todo el día
jugando.
Lo entregaba a mi maestra
al llegar a clase, muy orgullosa de mi trabajo.
Días después me devolvían
el trabajo con correcciones o me decían que no era original…¿original, que es
para un maestro la originalidad si no me enseñan como enfocarla?
¿qué tal si en vez de
correcciones negativas hacemos aportaciones positivas de aprendizaje?
La creatividad considero
que, no es absoluta. Es algo bastante subjetivo que puede variar según la
persona que lo mire.
La forma de trabajar de
manera correcta en el aula es realizando aportaciones para mejorar ya sea un
texto, un dibujo o cualquier otra actividad, sin quitarle valor a lo realizado
por el alumno, construyendo con ellos en vez de destruyéndolos.
Si además en esta
aportación de ideas, sus compañeros son partícipes, seguramente el alumno salga mucho más
reforzado de la experiencia y aumente la competencia saber - hacer de una
manera muy positiva.
En mi papel como maestra
durante este bloque he trabajado tres tipos de creación:
- Creación en prosa
- Creación en verso
- Creación dramática
Irune nos ha proporcionado
una información completísima sobre las estrategias que se pueden seguir para
trabajarlas.
Por citar algunas en verso
que conocía antes de comenzar este bloque me referiré a los trabalenguas, a las
adivinanzas, pareados…
Otras muchas ni siquiera
había oído hablar de ellas, pero sin duda las pondré en práctica con mis
alumnos cuando ejerza como maestra.
Este tipo de creación es la
que más me ha costado desarrollar en la actividad de este bloque, pero también
me ha parecido muy divertida.
He aprendido que porque
estemos hablando de versos, no siempre tienen que rimar, algo que personalmente
a veces confundía.
Respecto a la creación en
prosa, más habitual para mí como alumna, la he desarrollado con mayor
facilidad, pero no de una forma extremamente ordenada.
Seleccioné unos personajes,
centré una idea para la historia y comencé a desarrollarla.
Al bloquearme con la
creación en prosa, decidí leerme los apuntes (algo que debería haber hecho
desde el primer momento) y comencé a ver todo con mayor nitidez.
Necesitaba realizar un
esquema fundamental en el que:
- anotase las ideas que se
me fueran ocurriendo
- posteriormente era
necesario ordenarlas para facilitar una primera toma de contacto
- realizar un borrador,
haciendo las modificaciones que fuesen necesarias
- una vez que lo tenía solo
quedaba revisar ortografía y signos de puntuación
- el paso final sería
pasarlo a limpio.
De esta forma, mucho más
estructurada, la creación surge de manera más sencilla, sin mezclar pasos de
los cuales a veces no sabemos salir.
Seleccioné el binomio
fantástico, me pareció curioso y muy original, ¡a ver que salía de ahí!
Coincidiendo con las
vacaciones de Navidad, mis dos primos pequeños estaban en Madrid, así que,
quien mejor que ellos para sugerirme dos palabras que no tuviesen que ver y con
las que yo posteriormente redactaría una historia…
Mi primo de 6 años me
sugirió la palabra “paraguas” y mi prima de 9 años sin oír a su hermano me
sugirió la palabra “chocolate”.
Paraguas y chocolate son
las dos palabras con las que haría mi binomio fantástico.
Me
gustó mucho realizar esta creación.
La
creación dramática me trajo algún quebradero de cabeza más al leer la guía de
trabajo.
No
entendía bien si tenía que realizar una obra de teatro o si servía un cuento que
incluyese diálogo, ahora que ya está corregido por Irune he entendido mi error,
el cual espero haber modificado adecuadamente.
Eso
si, esta vez aprendí de mi error anterior y antes de gastar tiempo dándole
vueltas, cogí los apuntes y estructuré las ideas clave.
Ninguna
de estas tres creaciones se trabajan generalmente en los colegios.
Los
maestros suelen proporcionar las creaciones ya hechas o como he mencionado
antes se refieren como creaciones al hecho de realizar redacciones inventadas.
Con
cualquiera de ellas se trabaja la creatividad a la vez que conocen nuevos
aspectos de la literatura española, además, gracias a la información que nos ha
proporcionado Irune conocemos diferentes formas de llevarlas a cabo para poder
innovar en cada clase.
No
me quiero olvidar de pasar una de las creaciones a formato libro, una manera
sencilla en la que no es necesario emplear mucho tiempo para así poder realizar
más creaciones en este formato a lo largo del año y con lo que los niños
disfrutarán durante la elaboración y se sentirán orgullosos de su trabajo al
finalizarlo.
Una
vez realizado el mío fui consciente de lo factible que es innovar en la
enseñanza y que pocas veces se hace.
Por
último me gustaría compartir algunas páginas que me parecen muy útiles en la
enseñanza de la literatura.
El
buscar una bibliografía con fuentes fiables a veces es un poco complicado con
la gran oferta de “información” que nos da internet, aun así he intentado centrarme
en artículos académicos y blogs de mis compañeros, de compañeros de otros
cursos y de personas externas a La Salle.
Hay
uno que me parece destacable que es
Pertenece a una antigua
estudiante de La Salle que trasmite a través de su blog una visión ilusionadora
por la docencia y un amor incondicional hacía la literatura.
Os recomiendo que no
dejéis de visitarlo.
Esta página ofrece
numerosos recursos educativos para aprender y enseñar mejor, puedes darte de
alta como docente, como estudiante o familiar. Encontramos juegos, fichas y
actividades originales para que los niños se diviertan aprendiendo. Muy
interesante.
Esta es la página web
de la librería a la que dediqué una entrada y que os he hablado en este
artículo también. ¡No dejéis de visitarla!
Y por ultimo no podia
dejar de nombrar el blog de Irune, aunque lleva tiempo sin escribir en el (sabemos
que está muy liada) , recoge una gran de cantidad de información de gran
utilidad, numerosos blogs interesantes (los cuales les dedico tiempo en el
metro cuando voy a trabajar) e información sobre alguna actividad.
¡¡Nos vemos en el
siguiente cuatrimestre!!
Bibliografía y webgrafía
-http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_14/MARIA%20DEL%20MAR_VERA_1.pdf
Un artículo excelente, Paola. Me han encantado todas y cada una de tus reflexiones.
ResponderEliminarA partir del día 20 volveré a pasar por tu blog para revisar las últimas modificaciones, pero ya puedes mandarme tu autoevaluación.
Gracias Irune
ResponderEliminarYa te he mandado la autoevaluación :)
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